¿Qué es?
La lumbalgia, o comúnmente conocida también como lumbago, es el dolor de espalda localizado que afecta a la parte inferior de la misma o parte baja de la espalda y que su origen tiene que ver con la columna vertebral, en concreto, con la zona lumbar donde están las vértebras L1 a L5.
Es un problema de salud que, además del dolor, conlleva rigidez muscular que puede ser invalidante.
Es muy frecuente y afecta tanto a personas jóvenes, adultos como mayores y tanto en situaciones de sedentarismo como de ejercicio físico intenso.
Tipos de lumbalgias
Las lumbalgias pueden ser de diferentes tipos en función de varios criterios, pero lo más habitual es hacerlo en función de su duración. Así, existen tres tipos:
- Aguda: es puntual y su resolución suele durar menos de un mes
- Subaguda: cuando se prolonga más de un mes, pero menos de tres meses
- Crónica: cuando dura más de tres meses
Una lumbalgia que se origina en un momento puntual, si no se acaba de resolver puede derivar en un problema crónico que perdura y en el tiempo, a veces con fases de mejoría, pero no de resolución completa.
En mayores de 20 años la lumbalgia puntual (aguda) afecta al 14,8% de la población y la lumbalgia crónica al 7,7%, según datos del estudio EPISER (2016) sobre enfermedades reumáticas.
Causas
El dolor en la zona de las lumbares es el dolor de espalda más habitual y puede ser un síntoma de diferentes tipos de problemas de salud y tener orígenes muy distintos. La causa principal es la contractura muscular en la zona con cierto grado de inflamación y en algunos casos también hay afectación nerviosa por compresión de alguna raíz nerviosa a nivel de la columna lumbar.
Las causas osteomusculares más comunes son:
- Lesiones en la zona de las vértebras lumbares
- Sobrecarga, distensiones y contracturas musculares (al hacer un movimiento brusco o levantar un peso excesivo)
- Posturas incorrectas en el trabajo o en la realización de alguna actividad física
- Ciática
- Artrosis en la columna lumbar
- Hernias discales lumbares
- Escoliosis (desviación de la columna vertebral)
- Estenosis espinal (estrechamiento en las zonas de la columna por donde pasan los nervios)
La ciática es quizás una de las causas más conocidas. Los síntomas se deben a que una raíz nerviosa de la columna lumbar queda atrapada, causando así dolor y adormecimiento a lo largo del nervio ciático que se extiende hacia las nalgas, las piernas y los pies. Las hernias discales lumbares son lesiones que pueden dar lugar también a ciática por compresión del nervio.
Hay otras causas no relacionadas con el sistema musculoesquelético, como es el caso de algunos problemas renales o, en el caso de la mujer, el dolor debido a la menstruación o en los últimos meses del embarazo o por otros problemas ginecológicos que también pueden irradiar dolor en la zona lumbar.
Pero no siempre puede determinarse el origen de la lumbalgia, de hecho, en la mayor parte de los casos, no se conoce la causa y se consideran lumbalgias inespecíficas.
Diagnóstico
El diagnóstico debe realizarse adecuadamente por el médico que, mediante la exploración, la historia clínica y alguna prueba, si es necesario, determinará la presencia de la lumbalgia y su causa. Eso permitirá establecer un correcto tratamiento. Las pruebas que pueden ser necesarias para determinar el origen del dolor lumbar son radiografías, resonancias magnéticas, TACs, electromiografías, etc. El objetivo será siempre determinar si la causa está en alguna lesión de la columna lumbar o a nivel muscular e incluso a nivel visceral (daño en algún órgano).
Pronóstico
No es una enfermedad grave, sin embargo, sí limita en gran medida la calidad de vida de las personas que la padecen, sobre todo si se cronifica. En estos casos, que son los menos frecuentes, cuando la lumbalgia perdura en el tiempo el pronóstico empeora si no se ponen en práctica cambios en el estilo de vida que mejoren la situación y forma física del paciente. La lumbalgia crónica puede llegar a ser muy invalidante impidiendo que la persona lleve a cabo sus actividades laborales, sociales y lúdicas habituales.
Sin embargo, en la mayoría de los casos las lumbalgias son agudas y suelen estar ocasionadas por distensiones tanto de ligamentos como de músculos de la zona a causa de un movimiento brusco o al levantar un peso, tienen un pronóstico más optimista pues se resuelven en pocos días y prácticamente por sí solas.
Síntomas
El dolor es el síntoma principal en la lumbalgia y suele ser un dolor sordo, pero también la rigidez muscular y cierta pérdida de movilidad que puede llegar a ser tan intensa como para impedir el hecho de ponerse en pie o caminar.
En muchas ocasiones el dolor en la zona lumbar también irradia a otras zonas como las caderas, nalgas y piernas, sobre todo en algunos casos en que el origen puede estar relacionado con pinzamientos nerviosos como es el caso de la ciática. En esos casos, el dolor es más punzante, con sensación de hormigueo e incluso de adormecimiento y debilidad de la zona.
Tratamiento
Las claves para un buen tratamiento del lumbago en el que no hay graves problemas en la columna lumbar son:
- Reposo relativo: la zona muscular afectada necesita descansar, pero sin que la inmovilidad llegue a ser un problema que agrave la situación. Por tanto, reposo, pero con algo de movimiento para mantener la zona mínimamente tonificada.
- Calor: la aplicación de calor mejora la irrigación sanguínea, cosa que facilita la recuperación, y también alivia el dolor pues tiene cierto efecto analgésico. También se puede optar por la alternancia de calor con frío para activar más aún la circulación sanguínea en la zona y proporcionar cierto efecto antiinflamatorio.
- Masajes o sesiones de fisioterapia: siempre con manos expertas y profesionales que puedan ayudar a descontracturar la musculatura de la zona y a tonificarla.
- Analgésicos orales: serán la primera opción para reducir el dolor, mientras se resuelve la lumbalgia con el reposo, el calor y los masajes.
- Relajantes musculares: Si la lumbalgia es muy intensa y la contractura está limitando mucho la movilidad de la zona, sí pueden prescribirse estos fármacos que ayudarán a resolver el problema con mayor rapidez
- Antiinflamatorios orales: normalmente se prescriben cuando los analgésicos no son suficientes y la persona tiene un nivel de dolor elevado. No se recomienda su uso continuado, de manera que el tratamiento suele durar entre una y dos semanas.
- Cremas antiinflamatorias o analgésicas: los productos tópicos son de gran utilidad como complemento al tratamiento mediante la autoaplicación en la zona afectada varias veces al día. Tanto los componentes activos de las cremas como el calor que se genera mediante su aplicación ejercen efectos beneficiosos que ayudarán a resolver cuanto antes el dolor lumbar.
En algunos casos en que las lumbalgias tienen causas más complicadas, puede requerirse un tratamiento quirúrgico, como es el caso de algunas hernias discales o estenosis vertebrales a nivel lumbar.
Lo ideal para su tratamiento es consultar con un médico o un fisioterapeuta, aunque a veces el problema pueda requerir consultar a un especialista, como el reumatólogo o el traumatólogo e incluso el neurólogo dependiendo del tipo de lumbalgia.
Prevención
Hay ciertos factores de riesgo que nos hacen más propensos a sufrir una lumbalgia y conviene conocerlos para evitarlos en lo posible. Los más relevantes son:
- Sobrepeso y obesidad
- Estrés
- Sedentarismo
- Actividad física excesiva o de intensidad inadecuada
- Posturas inadecuadas en el contexto laboral
- Dormir en un colchón demasiado blando o demasiado rígido
- Usar zapatos de tacón
- Golpes de frío
- Tabaquismo
Así, la prevención de las lumbalgias estará centrada en:
- Mantener un estilo de vida activo (evitando el sedentarismo)
- Evitando la actividad física excesiva o los esfuerzos demasiado intensos
- Bajando de peso si hay un exceso o manteniéndolo si estamos en valores normales
- Andar y trabajar con calzado adecuado y cómodo
- Mejorando nuestra postura sobre todo en el ámbito laboral (en las empresas y también en casa si teletrabajamos)
- Dormir en un colchón de dureza adecuada
- Evitar el tabaco o dejar de fumar
- Hacer ejercicios específicos para fortalecer la espalda, especialmente la zona lumbar
- Realizar ejercicios de estiramientos para evitar la rigidez en a zona
- Mantenernos abrigados del frío