Tratamiento del dolor

Debido a que el origen y las causas del dolor son muy diversas, podemos realizar el manejo del mismo con medidas que comprenden tratamientos farmacológicos (uso de medicamentos) y no farmacológicos.

 

Las intervenciones no farmacológicas las podemos utilizar como medida de primera línea o como complemento en un tratamiento con varias modalidades. Estas intervenciones incluyen estrategias rehabilitadoras y físicas, como la aplicación de calor o la neuroestimulación eléctrica subcutánea, entre otras.

 
Dentro de la estrategia del tratamiento del dolor, se incluye el tratamiento con medicamentos, que tiene como objetivos ayudar a controlar los síntomas, y mejorar la funcionalidad del paciente y su calidad de vida.

Por lo tanto, has de tener en cuenta que siempre es tu médico quien debe prescribirte, en caso necesario, el tratamiento más adecuado según las características propias e individuales de tu dolor (valorando la intensidad y el impacto que te ocasione) y la causa que lo origine.

La elección del tratamiento debe cumplir una serie de premisas:

  1. Ha de ser individualizada, según el tipo de dolor y la intensidad que experimente cada uno.
  2. Debe tener en cuenta el consumo previo de analgésicos y la respuesta obtenida.
  3. Tiene que valorar las preferencias del paciente y adecuarlo a sus expectativas.
  4. Se ha de informar sobre los beneficios y riesgos esperados.