Debido a que el origen y las causas del dolor son muy diversas, podemos realizar el manejo del mismo con medidas que comprenden tratamientos farmacológicos (uso de medicamentos) y no farmacológicos.
Las intervenciones no farmacológicas las podemos utilizar como medida de primera línea o como complemento en un tratamiento con varias modalidades. Estas intervenciones incluyen estrategias rehabilitadoras y físicas, como la aplicación de calor o la neuroestimulación eléctrica subcutánea, entre otras.
Reposo
Puede resultar obvio recurrir al reposo cuando hay lesiones musculares para así evitar el dolor. Sin embargo, grandes periodos de reposo pueden ser perjudiciales debido al deterioro muscular que esto provoca. Por eso hay que encontrar el equilibrio entre el reposo necesario y el ejercicio de rehabilitación prescrito por el profesional.
Además, debemos ser conscientes de que los pacientes con dolores agudos, como la lumbalgia, pueden experimentar mejorías funcionales y alivio del dolor si se mantienen activos (siempre que sea una movilidad adecuada a su problema).
- Por lo tanto, el reposo no se debe aplicar como remedio único para todas las patologías que cursan con dolor, sino como medida conjunta con el resto.
Neuroestimulación eléctrica subcutánea
La neuroestimulación eléctrica subcutánea consiste en la aplicación de una corriente eléctrica a través de la piel que actúa sobre las fibras nerviosas sensitivas, con el objetivo de generar una modulación del dolor.
Resulta más eficaz en los dolores musculoesqueléticos. Aunque no solemos alcanzar una analgesia completa y su eficacia puede disminuir con el tiempo, es útil como método adicional.
Además, la combinación de esta técnica con ejercicios de estiramiento es eficaz para reducir el dolor y la rigidez muscular, y así aumentar el rango de movimiento del músculo. Por tanto, la neuroestimulación puede influir positivamente en la actividad muscular de pacientes con déficits motores por accidentes o desórdenes neurológicos que mantengan al músculo inactivo durante un tiempo.
Termoterapia / Crioterapia
Tanto la aplicación de frío como la de calor pueden ayudar a aliviar el dolor.
- La aplicación de frío o crioterapia se recomienda en los dolores agudos y con componente inflamatorio (traumatismos o esguinces).
- Mientras, podemos recurrir a la terapia con calor o termoterapia en el tratamiento de las lesiones subagudas o crónicas del aparato locomotor (artropatías o contracturas), o para su rehabilitación y prevención.
La aplicación superficial de calor es efectiva cuando el dolor está localizado. En los dolores en que se emplee, este tratamiento deberá iniciarse al menos 48 horas después de producirse la lesión.
Fisioterapia
La fisioterapia nos ofrece varias alternativas que podemos emplear en procesos que no tienen un tratamiento médico definitivo y que cursan con dolor:
- El masaje, preferiblemente realizado con las manos, que relaja la tensión y el espasmo muscular, y activa la circulación.
- La estimulación vibratoria, que consiste en aplicar sobre la zona dolorosa una presión continuada, a través de una superficie almohadillada.
- Las movilizaciones articulares, para que estas alcancen posiciones a las que uno no podría llegar por sí solo, pero que son necesarias para una movilidad normal y sin dolor.
- Las manipulaciones articulares, en las que mediante la aplicación de fuerzas se logra sobrepasar la amplitud fisiológica del movimiento de la articulación.
- Los programas de ejercicio, encaminados a prevenir el deterioro lento, progresivo y acumulativo de la elasticidad y la fuerza muscular.
Dentro de la estrategia del tratamiento del dolor, se incluye el tratamiento con medicamentos, que tiene como objetivos ayudar a controlar los síntomas, y mejorar la funcionalidad del paciente y su calidad de vida.
Por lo tanto, has de tener en cuenta que siempre es tu médico quien debe prescribirte, en caso necesario, el tratamiento más adecuado según las características propias e individuales de tu dolor (valorando la intensidad y el impacto que te ocasione) y la causa que lo origine.
La elección del tratamiento debe cumplir una serie de premisas:
- Ha de ser individualizada, según el tipo de dolor y la intensidad que experimente cada uno.
- Debe tener en cuenta el consumo previo de analgésicos y la respuesta obtenida.
- Tiene que valorar las preferencias del paciente y adecuarlo a sus expectativas.
- Se ha de informar sobre los beneficios y riesgos esperados.
Tratamientos farmacológicos antiinflamatorios
Cuando hablamos de fármacos antiinflamatorios, nos referimos a aquellos medicamentos que se utilizan habitualmente para evitar o disminuir la inflamación.
Tratamiento farmacológico con cannabinoides
El uso de la planta Cannabis sativa se conoce desde hace más de 3.000 años, pero no fue hasta los años 60 cuando se comenzó a investigar cómo actuaban sus componentes, cannabinoides, dentro del organismo.