Contracturas

Una contractura es un tipo de lesión muscular causada por una contracción involuntaria, duradera o permanente, de uno o varios músculos, que no cede con el reposo.

Junto con las contusiones, los calambres o las distensiones, son algunas de las lesiones musculares más comunes.

Este tipo de lesión se caracteriza por la aparición de un dolor intenso y espasmo muscular, que causa una mayor o menor limitación funcional.

  • El dolor puede verse acompañado de endurecimiento del músculo, hormigueo, sensación de pesadez e incluso mareos o dolor de cabeza (si es en la zona cervical)

Aunque presenta similitudes con otro tipo de lesiones causantes de dolor muscular, existen algunos aspectos que permiten diferenciarlas:

  Contracturas Calambres Agujetas
Mecanismo Contractura permanente
(dolorosa, involuntaria)
Contractura transitoria
(dolorosa, involuntaria)
Dolor muscular
(difuso tras esfuerzo)
Clínica Dolor local Dolor con desplazamiento Dolor espontáneo y a la
movilización
Duración De 5 a 10 días Minutos De 7 a 15 días

Contracturas como consecuencia de la práctica deportiva

Las contracturas se relacionan frecuentemente con una actividad física o deportiva. Suelen ser de aparición repentina tras un esfuerzo, lo que se traduce en una tensión o abultamiento localizado doloroso que impide el normal desarrollo de la actividad.

  • Aparecen sobre todo en personas poco acostumbradas a realizar esfuerzos, al efectuar movimientos bruscos.
  • También son frecuentes en personas mayores, debido a la pérdida general de elasticidad en articulaciones y grupos musculares, asociados al envejecimiento.

Podemos diferenciar las contracturas en función de si aparecen en pleno desarrollo del ejercicio o tras este.

Contracturas durante la práctica deportiva

Estas contracturas son consecuencia de la acumulación de sustancias de desecho tóxicas generadas por nuestro propio cuerpo en el interior del tejido muscular. Cuando realizamos ejercicio nuestros vasos sanguíneos oxigenan y nutren a los músculos. Sin embargo, en ocasiones, los vasos sanguíneos no están lo suficientemente dilatados como para nutrir bien al músculo y, a la vez, limpiar las fibras musculares de los desechos tóxicos que se producen. Estas sustancias son las que causan dolor y contracturas en dicho músculo.

Contracturas después de la práctica deportiva

En este caso, las contracturas se suelen deber a la distensión (estiramiento exagerado) de las fibras musculares que han sido sometidas a un esfuerzo excesivo.

¿Cómo prevenir la aparición de las contracturas?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las personas que tienen contracturas con frecuencia suelen presentar un tono muscular excesivo y deben practicar estiramientos para potenciar la elasticidad.

Además, hay otra serie de medidas que adoptar en nuestro día a día para favorecer la prevención de estas lesiones:

  • A la hora de realizar una actividad física es necesaria una preparación previa, con un calentamiento adecuado.
  • También es importante cuidar la hidratación, ya que un músculo deshidratado está más expuesto a lesiones.
  • Si nos mantenemos en una misma posición durante periodos prolongados de tiempo es conveniente estirar los músculos cada hora.
  • Adoptar posturas correctas en nuestra vida cotidiana.

¿Cómo ayudar a la recuperación de las contracturas?

  • Tras 48-72 horas de reposo, es recomendable la aplicación de calor, que posee un efecto analgésico y relajante.
  • Además, tu médico puede prescribirte algunos tratamientos para el alivio sintomático del dolor y la inflamación subyacente.
  • También es beneficiosa la fisioterapia, que incluye masajes y sobre todo técnicas de estiramiento, tanto activas para prevenir las contracturas si todavía es posible, como pasivas con evitación del dolor.
  • Un buen descanso nocturno y rebajar el estrés es asimismo importante, ya que este se relaciona con un aumento del tono muscular y dificulta la recuperación de las contracturas.